Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello
En Suiza, cada habitación tiene una vista y cada edificio una historia. Con un entorno tranquilo que combina impresionantes paisajes montañosos con cercanas vistas del Ródano, Mandarin Oriental, Ginebra es un hotel de cinco estrellas con la hospitalidad helvética contemporánea: lujo, estilo y servicio.
La sabiduría de Mandarin a la hora de asumir un espacio que le antecede le permite capturar el alma de los sitios y acomodarla en su propio paraíso.
En 1946, cuando terminó la guerra, las recientemente integradas Naciones Unidas llegaron a Ginebra. El cantón que durante mucho tiempo había sido un lugar de vacaciones para los soldados durante el conflicto, empezaba a convertirse en el reino de los embajadores internacionales. En respuesta a este nuevo escenario, emergería un hotel con el nombre del río azul a su frente, perfecto para servir de centro de encuentro para la élite política mundial. Así nació, por entonces, en 1950 el “Hotel du Rhône”. El primero construido en Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
Desde un principio fue considerado el hotel más exquisito de la ciudad y era el único que ofrecía lo máximo en lujo en ese momento: baños privados en cada habitación. Pronto quedó claro qué el hotel marcaría la tendencia. Su hidalguía se puso en juego cuando recibió al presidente estadounidense Eisenhower en 1955, al que siguió una serie de íconos del mundo del espectáculo estadounidense, incluido el trompetista de jazz Louis Armstrong, el símbolo sexual Jayne Mansfield y el Robin Hood favorito del mundo por entonces, Errol Flynn.
En 1989, Rafael Hotels Ltd. compró el hotel a sus propietarios originales, el Grupo Lendi, y llevó a cabo importantes renovaciones para garantizar que el edificio siguiera diferenciándose de sus competidores tanto en servicio como en estilo. Se introdujeron instalaciones modernas, pero lo hicieron con gran sensibilidad para permanecer fiel al marco original del edificio, de elegante estilo modernista temprano Art Déco, y la sensación distintiva de la década de 1950 se mantuvo intacta. La obra se completó en 1999 bajo la supervisión del arquitecto suizo Jean-Louis Christen y los diseñadores de interiores Chhada, Siembieda & Partners.
En 2000, Mandarin Oriental compró el hotel y en julio de 2008 completó otra importante remodelación. El diseñador neoyorquino aclamado internacionalmente Adam D. Tihany fue responsable del nuevo diseño de las áreas públicas del hotel, que le dio un aspecto elegante y moderno y dio espacio al lanzamiento de los nuevos restaurantes y bares del hotel. A esto le siguió una renovación completa de las 181 habitaciones y 35 suites que se completó en 2013 con interiores de Buz Design, Hong Kong y Sybille De Margerie de SM Design, París.
Durante este tiempo, las suites se ampliaron considerablemente y combinan florituras de arte moderno con una paleta de colores cálidos y tradición con modernidad. El hotel volvió así a posicionarse como el mejor hotel de lujo de Ginebra, pero con una propuesta digna de su tiempo, al estilo del siglo XXI con herencia oriental. Interiores elegantes y atemporales, gastronomía innovadora y sofisticada, tecnología de punta y el legendario servicio de Mandarin Oriental, donde no existe el no como respuesta..
En 2019, Mandarin Oriental, Ginebra se asoció con el célebre chef Gastón Acurio para abrir Yakumanka, una auténtica cevichería que sirve la aclamada cocina peruana . La decoración cálida y acogedora con toques marinos, obra de Brandfood Studio, dirigido por el diseñador peruano Morandi Arcela, crea un ambiente acogedor para los comensales. En la barra abierta de ceviche, los comensales pueden ver a los chefs preparar su tiradito, mientras que el bar de cócteles ofrece una emocionante selección a base de pisco. Aquellos que deseen disfrutar de una relajante vista sobre el Ródano pueden hacerlo desde la terraza cubierta, sutilmente diseñada para transportar a los comensales al corazón de una típica cocina peruana.
Ese mismo año, el hotel lanzó su nueva suite exclusiva para huéspedes que buscan lo último en suntuosa comodidad y vistas espectaculares. Con 325 metros cuadrados de elegancia contemporánea, el Royal Penthouse es una de las suites más grandes de Ginebra. Cuenta con una espléndida terraza de 175 metros cuadrados con vistas panorámicas, un dormitorio principal con ducha hammam, dos dormitorios más con baño y una amplia sala de estar cuidadosamente dividida en zonas de comedor y salón independientes y con un ambiente acogedor junto a una chimenea.
Muchas suites disfrutan de terrazas privadas con vistas supremas del río, el casco antiguo y las montañas nevadas. Mandarin Oriental, Ginebra, se encuentra en el corazón de la ciudad y de sus distritos culturales, comerciales y bancarios. El casco histórico y sus numerosos teatros se encuentran a pocos pasos. Hasta el día de hoy continúa irradiando todo el refinamiento y la elegancia de un hotel de lujo de clase mundial, además de ser la encarnación de la legendaria hospitalidad suiza.