La riqueza de la tradición

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello

Pasta con tomate fresco como la hacen las abuelas italianas. Eso es un almuerzo en el restaurante Irene de Florencia. Absolutamente una experiencia que no debe perderse. Los espaguetis al dente servidos con tomates frescos y albahaca aromática revelan auténticos sabores italianos.

La belleza de la simpleza. Lo genuino de la sencillez. La elegancia de lo auténtico. La riqueza de la tradición. El restaurante del Hotel Savoy de Rocco Forte es un tributo vivo a la cocina italiana y los ingredientes regionales. Lleva los platos auténticos del chef Fulvio Pierangelini al corazón de la Toscana, a pocos pasos de la majestuosidad renacentista de la famosa Catedral de Florencia.

Célebre en todo el mundo por haber estado al frente del renombrado restaurante Il Gambero Rosso (dos estrellas Michelin) en San Vincenzo, Fulvio ha puesto todo su ahínco en descubrir los mejores proveedores locales de Florencia para crear un menú basado en los clásicos. toscanos.

Nonna Irene es la protagonista de este hermoso  restaurante en la bella Piazza della Repubblica, en el corazón de la ciudad de Florencia. Irene era la abuela de Sir Rocco Forte, cuyo éxito prolongado ha dado lugar a hoteles de lujo en Italia y una amplia propuesta en el resto de Europa. El restaurante ha ido creciendo vertiginosamente desde su inauguración, dejando su huella en la escena gastronómica de alta cocina de Florencia.

En toda su elegancia, este bistro parece sacado de un clásico elegante de los años 50, con textiles de lino natural que adornan el espacio, techos altos con lámparas de colores en forma de barril. El espacio al aire libre es sofisticado, con vistas a los transeúntes que caminan por la distinguida plaza mientras comés, bebés y te relajás confundido entre los lugareños y los visitantes. 

El equipo ha desarrollado un toque personal para el restaurante, honrando la historia de Irene al retratar algunos de sus objetos favoritos y melodías finas. 

Dejate tentar por la comida, ya que Irene ha adoptado un enfoque sofisticado. Podés disfrutar de algunos de los mejores productos locales de temporada de la campiña toscana. El chef Fulvio ha estado trabajando para ofrecer una cocina basada en un menú rico en clásicos toscanos y algunos platos de fusión. Espere propuestas más ligeras y un delicado juego con los ingredientes.

Calamares fritos con verduras y flores de calabacín. Una copa de prosecco con sabor a frutas. Filete de ternera cocinado con hierbas toscanas sobre una piedra de sal del Himalaya. Un plato de risotto con azafrán de San Gimignano, gambas y pistachos. Crema caramelizada con lavanda y tiramisú… Una tentación más fuerte que la siguiente. Ni qué decir de la genuina pasta simple con pomodoro: donde no hay más que sencillez es donde se nota el arte.

El bar de Irene ofrece cócteles clásicos presentados con elegancia por sus camareros. Los vinos se sirven por copas en jarras de estilo retro y el prosecco en copas originales de los años 50. No podés perderte la oportunidad de tomar una copa aquí: un tentempié por la tarde, un aperitivo antes de la cena o incluso un bocadito nocturno para experimentar el estilo de vida florentino. Mirar y dejarse ver mientras el sol se pone, la bulla de la ciudad se adormece y, con suerte, te toca disfrutar a tu lado la procesión de San Giovani, el 24 de agosto. Un rincón idílico de los que dejan huella.