Por Dr. Claudio Waisburg -Neuropediatra Director Instituto SOMA MN 98128
Factores como la edad o el nivel educativo pueden ser determinantes para definir la salud cognitiva A medida que nos hacemos mayores, nos volvemos más olvidadizos y nos cuesta recordar los pequeños detalles de la vida cotidiana. Y es que las funciones cognitivas tienden a deteriorarse con la edad, por lo que algunos olvidos pueden ser parte normal del envejecimiento.
La memoria y la atención nos permiten fijar, retener y reproducir todo lo que pasa por nuestra conciencia y hacer uso práctico de ello a posteriori, por lo que son indispensables para desarrollar una vida independiente y productiva. En el contexto de una sociedad en que la proporción de ancianos va en aumento, el deterioro cognitivo supone una preocupación cada vez para más personas. Es por ello por lo que, en las últimas décadas, se han ingeniado métodos para fortalecer el cerebro y prevenir la demencia, haciéndose especialmente populares los ejercicios de gimnasia mental.
Es difícil de definir el concepto de salud cognitiva, ya que hay factores como la edad o el nivel educativo que pueden ser determinantes en los resultados de las pruebas que se emplean para valorarlo. Lo habitual es que no repercuta en las actividades cotidianas del paciente, aunque sí que se puede poner de manifiesto en otras tareas que requieran un alto rendimiento, como estudiar una carrera o aprender un idioma extranjero.
Gozar de buena salud cognitiva implica mantener un nivel adecuado de rendimiento en las funciones cerebrales durante todas las etapas de la vida, y hay actividades, como las tareas diarias u organizar viajes, que las ponen en marcha y las estimulan.
¿Funciona la gimnasia mental? La gimnasia mental podría ser un remedio fácil para el deterioro cognitivo, ya que no tiene efectos secundarios y puede hacerse casi en cualquier lugar. Pero hay quien se pregunta si realmente sirve a su propósito y sus resultados se aplican a la vida diaria. Algunos expertos aseguraron ya en 2014 y a través de una carta de consenso publicada por la Universidad de Stanford, que no hay ninguna evidencia de que el ejercicio mental logre reducir el deterioro cognitivo. Sin embargo, unos meses después, otro grupo de más de 100 profesionales rebatió las ideas de sus argumentaciones mediante la redacción de una nueva carta. Existen evidencias que muestran que los regímenes de entrenamiento cognitivo pueden mejorar significativamente la función cognitiva”. En la carta abierta dirigida al Centro de Longevidad de Stanford se explica que “existen evidencias que muestran que los regímenes de entrenamiento cognitivo pueden mejorar significativamente la función cognitiva”. Sin embargo, aseguran estar de acuerdo con los expertos que firman la carta de Stanford en varios puntos, como el de que los entrenamientos para mantener sano el cerebro deben ser ensayados, controlados y revisados por expertos antes de llevarlos a cabo.
Por si no fuera suficiente con dos cartas escritas por expertos con ideas opuestas, científicos de distintas universidades entre las que están la de Illinois, la de Florida y la de Cambridge, elaboraron sus propias conclusiones tras estudiar 132 investigaciones sobre ejercicios para mejorar las capacidades cognitivas. Estos expertos descubrieron que la mayor parte de los estudios analizados en los que se afirmaba que este tipo de ejercicios eran beneficiosos habían seguido un buen método de investigación. Por lo que concluyeron que practicar juegos relacionados con las habilidades mentales si ayuda a mantener las capacidades cognitivas, aunque no hará que recuerdes absolutamente todo.
¿Cómo podemos fortalecer nuestra memoria? No existe ningún fármaco para prevenir el deterioro cognitivo, a no ser que haya una causa identificada, como déficit de vitamina B12, hipotiroidismo, ictus, traumatismos craneales o hemorragias cerebrales, entre otros. Sin embargo, sí recomienda la estimulación cognitiva para fortalecer las funciones cerebrales, como los ejercicios de memoria, la lectura o cualquier actividad que nos haga mantener la concentración y atención durante un tiempo prolongado.
Aunque es difícil plantear un estudio científico riguroso que mida el efecto de la estimulación cognitiva se sabe con certeza que los pacientes que no son estimulados se deterioran mucho más rápidamente: si están siempre en casa o no realizan ninguna actividad, el proceso se acelera notablemente.
El problema, es qué se concibe como ejercicio mental o actividad cognitiva y qué no: lo importante es entrenar en actividades cotidianas que puedan serles útiles en su vida diaria, ya que no tiene sentido enseñarles a jugar al ajedrez si nunca lo han hecho antes. Por más beneficioso que resulte el ajedrez en las tareas ejecutivas. Lo importante es practicar actividades cotidianas que puedan ser útiles en su vida diaria. La mayoría de las actividades de gimnasia mental que se plantean no tendrían por qué mejorar la atención en otras de la vida cotidiana. Lo que sí está claro es que la estimulación cognitiva tiene beneficios y retrasa notablemente la evolución hacia la dependencia.