Comprar una propiedad es mucho más que elegir un espacio físico para habitar. Es el lugar donde se empieza a construir una nueva página dentro de la historia de vida personal.
Además, para un argentino de clase media, la inversión monetaria suele ser equivalente al ahorro de muchos años, convirtiéndola en una de las decisiones financieras más importantes.
A la hora de comprar una propiedad en pozo, es decir, de un proyecto en obra, Hugo Koifman, director y CEO de la desarrolladora Branson Real Estate, remarca que, antes que nada, es clave conocer bien a la empresa que está llevando adelante la obra. “Comprobar que tenga buena reputación, experiencia y se destaque por la seriedad en su gestión y su compromiso con el cliente”, señala.
La inversión en una propiedad en pozo requiere en términos generales del pago de un 30% del costo total del inmueble y el resto se abona de manera financiada durante el tiempo que dura la construcción.
Koifman avisa que el tipo de financiación del proyecto no puede pasarse por alto: “Es muy importante consultar las opciones y condiciones de pago y evaluar si se adaptan a tus posibilidades de inversión”
El empresario luego hace foco en la calidad de los materiales y las terminaciones. El comprador debe verificar que la desarrolladora trabaje con proveedores de primera categoría.
También remarca la importancia de la ubicación de la propiedad. “Es recomendable que estudies la zona donde de invertir, teniendo en cuenta la accesibilidad y cercanía a tu lugar de trabajo, instituciones educativas, centros comerciales y de salud, y lugares que sean de tu interés. Decidí si preferís un entorno residencial y tranquilo, o urbano y con movimiento. Esta elección puede impactar significativamente en tu calidad y estilo de vida”.