Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello
Una vibrante vida citadina. Una serena atmósfera en el interminable camino ribereño. Su impactante perfil repleto de chocolates y relojes, casi cumpliendo las expectativas del viajero. Un experiencia calladamente ajetreada. Ginebra es un manantial que no cesa, pero que se arrellana en su rutina, como admirandola fluir.
Ya figura entre los 10 primeros de la famosa lista de destinos para descubrir del New York Times en 2024, se ha asegurado un lugar entre los 5 primeros del ranking de los mejores destinos europeos en una votación que involucró a más de un millón de personas.
Las calles del Casco Antiguo, bañadas en luces suaves, parecen suspendidas en una tranquilidad de cuento de hadas. Después de un día paseando por los barrios históricos, espera una acogedora cafetería. Para los entusiastas de los deportes de invierno, las montañas cercanas ofrecen panoramas impresionantes, completando así la experiencia mágica del invierno en Ginebra. Pero el verano también ofrece sol a raudales y una intensa necesidad de vivir la naturaleza al alcance de la mano.
El emblema de la ciudad, el Jet d’Eau, es casi fruto de una casualidad: en 1886, la planta hidráulica que distribuía la fuerza motriz del Ródano a los artesanos y relojeros de Ginebra se vio obligada a crear una evacuación al aire libre del agua bajo sobrepresión, cuando los talleres cerraban por la noche. El lugar generó tanta ilusión y entusiasmo que se convirtió en un verdadero atractivo para locales y turistas. Luego se creó un nuevo Jet d’Eau en 1891 en su ubicación actual en el puerto del lago. En 1951, gracias a un sistema de bombeo de agua del lago, se elevó de 90 metros a un máximo de 140 metros.
Una ciudad intensa y afable como Ginebra, merece un espacio vanguardista, ecléctico y de diseño como el Geneva Marriot Hotel, con ímpetu de ofrecer una idea ecosostenible para los viajeros más modernos que, además, no desean negociar confort y estética. La base ideal para viajeros y lugareños, el Geneva Marriott Hotel está ubicado entre majestuosas montañas y el lago de Ginebra. Cerca del aeropuerto, está bien comunicado con el centro de la ciudad. Como reflejo de la mentalidad empresarial y la pasión por la innovación de la región , marca una nueva dirección para la hotelería. Inspirados en la herencia industrial del destino, los interiores celebran los avances en las industrias del motor y la aeronáutica exploradas por primera vez por empresarios suizos. Diseñado para satisfacer todas las necesidades del viajero moderno, el hotel cuenta con 263 habitaciones y suites, junto con una selección de inspiradores espacios para reuniones, un gimnasio abierto las 24 horas y un excepcional M Club. Centrado en reducir el impacto ambiental, el equipo se dedica a un enfoque glocal de ‘pensar globalmente, actuar localmente’.
Encarna el espíritu de la mentalidad progresista y los valores empresariales de la región. El hotel ha sido construido teniendo en cuenta la ética sostenible e incorpora tendencias ambientalistas de primer orden. Entre sus diseños se destaca el uso de la energía geotérmica. Está situado encima de una fuente de agua corriente. Este último se utiliza para enfriar el edificio y luego se devuelve a la tierra sin contaminarse. Además, un sistema de calefacción urbana proporciona al hotel agua caliente y calefacción mediante la quema de basura doméstica.
Por su parte SageGlass® es una solución de acristalamiento dinámico combinada con un sistema de control inteligente que tiene en cuenta los parámetros climáticos y de los ocupantes para adaptar su tinte a lo largo del día. El vidrio dinámico puede reducir el consumo de energía en los edificios en una media del 20% en comparación con soluciones de fachada alternativas de alto rendimiento.
El edificio se ventila gracias al espacio vacío entre el muro perimetral y el revestimiento exterior. Su finalidad principal es regular el intercambio de calor, aire y luz con el exterior. Durante el verano, el aumento de temperatura produce un “efecto chimenea”, empujando el aire hacia arriba y hacia afuera. Por lo tanto, se evacua el calor adicional y se reduce la temperatura general del edificio.
Un enfoque firme en alimentos de origen responsable propone una cocina sabrosa y saludable, utilizando productos de origen responsable, 95% sostenible y local. Los platos se elaboran cuidadosamente con variaciones estacionales, en función de los productos de la hora con el objetivo de trabajar lo más posible hasta el km 0. El restaurante Moments se alinea con el Label Geneve Region Terre Avenir (GRTA), trabajando con pequeños productores locales. tener también un impacto significativo que no sólo se lee en el menú. Por ejemplo, los uniformes de los mixólogos consisten en un chaleco ecológico elaborado con poliéster marino (plásticos recuperados de los océanos) y fibras ecológicas, lo que equivale a 9 botellas de plástico por uniforme.
Los proveedores (como las empresas de lavandería y tintorería) se eligieron en función de su proximidad al hotel para minimizar el transporte innecesario y reducir la huella de carbono, además de apoyar la economía local. Ofrece numerosas estaciones de carga eléctrica, plazas de estacionamiento para bicicletas, un servicio de transporte eléctrico y una tarjeta de transporte público gratuita para fomentar la tendencia de viaje más ecológicas. Se puede llegar fácilmente al centro de la ciudad en tranvía en unos 10 minutos.
Además del compromiso asumido con hechos, sin quedarse sólo en los discursos, el Geneva Marriot Hotel propone una energética bienvenida en un ingreso abierto, exuberante de luz y con mobiliario que acompasa el azul generoso con la vista y la madera tentadora para el tacto, en una combinación elegante, sobria y muy jovial. El diseño está inspirado en la historia de los pioneros de la aviación Armand y Henri Dufaux y celebra a los empresarios audaces y ambiciosos, así como la libertad y la emoción que se derivan de viajar. Utilizando patrones, obras de arte y elementos de estilo derivados de la herencia industrial del destino, ofrece una combinación que equilibra la flexibilidad intuitiva con acabados sofisticados y modernos.
Ginebra es conocida por sus sitios emblemáticos: la Catedral de San Pedro, el Reloj de Flores, el corazón político de las Naciones Unidas… Es una ventana al pasado gracias a su rico patrimonio ha perdurado a lo largo de los siglos, invitando a descubrir la belleza de los tesoros artesanales. Símbolo del conocimiento eterno, la cultura de Ginebra ha sobrevivido a la prueba del tiempo. Esa elegancia sobria y con conciencia que Geneva Marriot Hotel expresa tan bien.