Por Nicolás Bonina, Abogado, divulgador y emprendedor. CEO de LexRock. Director del Programa Future Law de UCEMA.
El derecho y la profesión legal están viviendo tiempos de cambio. Esto ya lo anticipaba Richard Susskind en su libro pionero The End of Lawyers? Rethinking the nature of legal services y lo reforzó en su célebre El abogado del mañana.
Es que, como señala David L. Rogers en The digital transformation playbook, el impacto de la tecnología es transversal –similar al de la electricidad– y está transformando a todas las industrias, negocios y profesiones.
Las tecnologías exponenciales plantean desafíos y oportunidades inimaginables. Y el mundo legal no es ajeno a este fenómeno.
El derecho 4.0 desafía a los abogados y jueces a adentrarse en problemáticas tecnológicas y a crear productos y servicios legales mediante el uso de tecnologías exponenciales, como la inteligencia artificial, el big data, los servicios en la nube, el internet de las cosas, entre otros. Esto impulsa a los abogados a ser cada vez más creativos e incorporar conocimientos técnicos y multidisciplinarios para tener una comprensión más acabada de las posibles soluciones a los casos que se plantean, que cada vez tienen un mayor componente tecnológico.
Sin ir muy lejos, hace unos meses atrás la Suprema Corte de New York ordenó notificar una orden de restricción temporal a una wallet de acusados anónimos por hackeo de criptoactivos, a través de un NFT entregado vía airdrop, que es un mecanismo para repartir tokens gratuitamente. Este token contenía un hipervínculo a un sitio web que creó la parte actora, en el que se publicó la medida cautelar, los documentos en los que se basaba la misma y un mecanismo para rastrear cuando una persona hacia clic. Por su parte, el Tribunal Superior de Inglaterra y Gales permitió notificar una demanda contra dos personas desconocidas, por hackeo de criptomonedas, mediante el envío de NFT’s a sus wallets.
Por otro lado, el metaverso, por ejemplo, plantea una serie de desafíos e interrogantes, tales como la validación de la identidad y la privacidad de las personas, la protección de sus datos y la ciberseguridad de las plataformas proveedoras, cómo se regularán las actividades en el metaverso, qué sistema impositivo regirá, cuáles son las consecuencias legales que tendrán las acciones de los avatares en el mundo virtual, qué pasa si un avatar comete un delito en el metaverso y qué ley se aplicará a las relaciones en este mundo virtual; entre otros.
El universo cripto también plantea grandes desafíos, tales como la responsabilidad por el diseño legal de los productos cripto y la gobernanza de los mismos, tal como viene planteando Camila Da Silva Tabares.
En este sentido, el diseño legal y la responsabilidad por los modelos de negocio cripto se vuelve cada vez más imperativo. Este año asistimos al crash de la “stablecoin” Terra que perdió su paridad con el dólar hasta suspender su blockchain, ocasionando grandes pérdidas a sus inversores; el corralito cripto de hace unos meses o la sanción de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos al mixer de criptomonedas Tornado Cash, por permitir el lavado de dinero.
Cuestiones que hace unos años sólo pertenecían a libros y películas de ciencia ficción como Minority Report hoy ya son realidad o prototipos de trabajo, como los sistemas de reconocimiento facial y algoritmos para predecir crímenes; todas soluciones que plantean grandes desafíos éticos.
La lista de ejemplos sigue y algunos más pueden encontrarse en el libro Andrés Oppenheimer en su libro Sálvese quien pueda. La transformación del sector legal es una tendencia global. Hace una semana se reunieron en Singapur jóvenes abogados de todo el mundo, pertenecientes a la Asociación Internacional de Jóvenes Abogados (AIJA) para analizar el futuro de la profesión legal, que llevó como lema “El futuro de la profesión legal: Reúnanse y abracen el cambio”.
Pero estos desafíos también encierran oportunidades para el derecho y la abogacía.
Por tal razón, con el objetivo de identificar estas oportunidades y buscar soluciones accionables a los desafíos de las tecnologías exponenciales, UCEMA lanza un programa para analizar el futuro del derecho en la era 4.0.
El curso se basa en cuatro pilares:
- Aprender haciendo, con una propuesta educativa inmersiva y disruptiva.
- Que los participantes identifiquen y hackeen oportunidades, tendencias y desafíos del derecho 4.0 y de la tecnología legal.
- Que los participantes creen proyectos accionables de innovación legal que luego puedan llevar a la práctica en sus organizaciones.
- Que los participantes incorporen y compartan habilidades prácticas para encarar proyectos de innovación legal y para identificar las oportunidades de esta nueva era para los abogados.
Se analizarán las tendencias, oportunidades y desafíos en materia de innovación legal y tecnología legal, qué es el derecho 4.0, los nuevos modelos de negocio y propuestas de valor, la gestión moderna de organizaciones legales, cómo orientarse a datos, temas de legal management, agile, diseño legal y las tecnologías exponenciales, sus desafíos y oportunidades para los abogados.
Como sostenía Heráclito, el cambio es lo único constante.
El futuro es hoy. Las posibilidades son infinitas.
El curso comienza el 19 de septiembre.
Link a la página de información del curso Future Law: https://bit.ly/3RCT6Q.