Derecho 4.0. El desafío de transformar el derecho

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By Agencias

Por Nicolás Bonina, Abogado, emprendedor y divulgador
@nicolas.bonina

Así como la industria 4.0 está transformando la manera en que producimos bienes y servicios, un proceso similar se está dando en el ámbito del derecho. ¿Veremos los mismos resultados que en otras industrias? ¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrentan los abogados, el sector público y el Poder Judicial?

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¿Divorciarte en 48 horas desde la comodidad de tu casa?

Imaginá un futuro en el que un matrimonio decide divorciarse. Como no conocen a ningún abogado, buscan uno en un marketplace legal y encuentran una abogada que les parece perfecta para ellos. Los perfiles tienen reviews, lo que facilita la elección.

La primera entrevista es con un chatbot que realiza varias preguntas. El robot finalmente llega a un diagnóstico y les dice que en 24 horas recibirán el presupuesto y la propuesta de trabajo a la casilla de mail de cada uno.

Dentro de las 24 horas, el matrimonio recibe el presupuesto. Los honorarios se pueden pagar con transferencia bancaria, tarjeta de crédito, código QR o criptomonedas. Una vez que se transfiere el dinero, a la pareja le llega un mail con toda la documentación que tienen que juntar para el trámite y un link para agendar una video-llamada con su abogada.

Ese día la profesional les explica todo el procedimiento y los tiempos que lleva divorciarse. Cuarenta y ocho horas, les dice. La pareja no sale de su asombro: “¿en serio vamos a estar divorciados en 48 horas?” La abogada les responde afirmativamente.

La profesional les envía un link a una plataforma web para que la pareja conteste varias preguntas y complete algunos datos. Cuando terminan, se descarga un archivo con la demanda de divorcio lista para firmar digitalmente. La pareja la firma desde sus computadoras, con un par de clicks y la envían por mail a la abogada.

Al otro día, la profesional inicia el juicio de divorcio.

Al segundo día se realiza una video-llamada en donde el Tribunal deja constancia de la voluntad de la pareja de divorciarse. Una vez que finaliza la call, un sistema de inteligencia artificial emite la sentencia. La Jueza la firma digitalmente y se las notifica vía mail a las partes en el mismo día.

Cuarenta y ocho horas. Eso demoró el divorcio.

Parece ciencia ficción, ¿no?

¿Y si te digo que esto podría ser realidad en 2022, que las herramientas ya existen y que también podrían aplicarse a juicios laborales, civiles, comerciales? ¿Por qué no estamos usando estas tecnologías en los procesos judiciales?

Hay varias razones, pero hay una que es clave: el mindset.

Henry Ford dijo “tanto si piensas que puedes hacerlo, como si piensas que no puedes, en los dos casos tienes razón.” Eso es el mindset. Y afecta nuestro comportamiento.

El derecho 4.0, que es parte de la cuarta revolución industrial, consiste en una nueva forma de producir bienes y servicios legales y de operar las organizaciones legales (estudios jurídicos, tribunales, administración pública, departamentos legales), mediante el uso de tecnologías emergentes y exponenciales como la inteligencia artificial, el big data, la analítica de negocios, los servicios en la nube, etc., poniendo el foco en el usuario de esos bienes y servicios. 

El tema es que el derecho (los abogados, el sector público, el Poder Judicial) hace años que funciona de determinada manera. La cuarta revolución industrial está planteando varios desafíos a este sector, que se aceleraron con la pandemia de Covid-19.

Los cambios siempre generan resistencia. Y los grandes cambios, más. Si no hay resistencia, no hay transformación real. Todo cambio además requiere un tiempo de maduración. Y requiere que todos nosotros (usuarios, jueces, reguladores, abogados, ciudadanos) vayamos proponiendo y aplicando pequeñas mejoras a lo largo del tiempo. Es un proceso colectivo de mejora continua. Todos los días vemos a profesionales del derecho haciéndolo. Son los héroes silenciosos de esta transformación.

El Derecho 4.0 ya está entre nosotros. Es una realidad que vino para quedarse. Es un derecho más humano, más accesible y más eficiente, con el foco puesto en las personas. Es el futuro, que ya está aquí.