Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello
Como una persona apabullada por conflictos, cansada de pelear con sus propios demonios, Belfast se ha mirado al espejo. Ha reconocido sus cicatrices y ha aceptado un renacer. Cierta tristeza que tamizaba su pasado, ha encontrado un rumbo nuevo. Algo de todos los sucesos sigue ahí. Las luchas independientistas, el oscuridad de los enfrentamientos religiosos, las batallas policiales y parapoliciales dibujaron los tiempos reconocidos como “The Troubles”. Pero hay una energía subyacente que empuja. Algo que vibra en otra sintonía. Han pasado casi 30 años de la forma del Acuerdo de Viernes Santo que puso fin a los disturbios y allanó el camino para la paz y la reconciliación en Irlanda del Norte.
Como guarecida detrás de una barricada, empezó a florecer la arquitectura, su verde nacional y su vínculo con el mar. Hoy es una fuerte promesa industrial, un atractivo cultural, un acervo de tradiciones y leyendas, un punto de expansión universitario y un despertar gastronómico con energía. Con una población amable y cercana, el irlandés ma pasarla bien sin tirar la casa por la ventana. La vida de pub es un músculo que ejercita la amistad. El verde que resulta un emblema, es, además, una expresión de dos realidades: los espacios naturales que atraviesan la ciudad y la esperanza de apostar a dejar atrás una etapa funesta.
Belfast permite un recorrido corto, apto para una escapada si estás por la zona, pero indudablemente te vas a quedar con las ganas. Como una ciudad típica expresión del Reino Unido, es lo suficientemente grande como para ofrecer mucho para hacer, pero adecuadamente a tamaño humano como para caminarla de punta a punta.
En los últimos años, Belfast se ha convertido en una de las revelaciones urbanas más fascinantes de Europa. Rodeado de colinas color esmeralda, pero con un centro tan plano como una moneda de plata, la capital de Irlanda del Norte se resiste a una definición simple: una ciudad donde siglos de patrimonio marítimo y folclore se entrelazan con una gastronomía de vanguardia y un renacimiento cultural. El espíritu de la ciudad se captura mejor en sus históricos pubs, salas de conciertos, destilerías y joyas culinarias. Desde los históricos salones del Titanic Quarter hasta cenar en sus restaurantes con estrellas Michelin. Aquí una diadema de alternativas para armar un recorrido propio por esta ciudad tentadora y jovial.
St George’s Market
Comenzar un recorrido bajo el imponente techo victoriano de esta institución de Belfast desde 1604 es arrancar por la puerta principal. Esta obra maestra arquitectónica, terminada en la década de 1890, es el último mercado cubierto que queda en la ciudad y se mantiene gloriosamente inalterado. Mientras que los comerciantes de fin de semana exhiben de todo, desde hallazgos vintage hasta artesanías hechas a mano, es la comida la que atrae a lugareños y visitantes. Tomá asiento en una de las mesas comunes con un Ulster Fry, la respuesta abundante de la ciudad a un desayuno caliente, y observá cómo se desarrolla la mañana mientras las multitudes acuden en masa.
Black Taxi Tour
A mi me llevó un hijo de católica y protestante de Belfast tours. Me propuso un viaje íntimo a través de los murales políticos de la ciudad y los Muros de la Paz. Un conductor que vivió The Troubles en carne propia te ofrece perspectivas crudas y personales que ningún libro de historia puede igualar. Los muros, aún en pie, cuentan un poderoso relato de una ciudad que se cura gradualmente. Son impactantes las compuertas a modo de Check Point Charly que se encuentran en pie.
Castillo de Belfast
Encaramado a 400 pies sobre la ciudad en las laderas de Cave Hill. Con ocho siglos de antigüedad, este monumento de arenisca se alza como centinela sobre Belfast Lough, ofreciendo vistas que se extienden por toda la ciudad hasta las ondulantes colinas que se alargan más allá. Si el tiempo lo permite, el Cave Hill Country Park que lo rodea invita a una caminata; los lugareños dicen que no has visto realmente Belfast hasta que lo hayas visto desde aquí.ç
Residencia oficial de la Familia Real en Irlanda del Norte desde 1922, ha sido escenario de numerosos eventos importantes, como la firma del Acuerdo de Viernes Santo. Con un interior digno de un rey y una reina, esta hermosa mansión georgiana del siglo XVIII está rodeada de 40 hectáreas de impresionantes jardines formales y senderos boscosos, lo que la convierte en el lugar perfecto para explorar.
Merchant Hotel
Ha sido admirado durante mucho tiempo por su distintivo estilo arquitectónico, tanto en su vida anterior como sede del Ulster Bank como ahora, en su encarnación actual como hotel de lujo de cinco estrellas.
Esta imponente estructura de arenisca se construyó expresamente como sede del Banco del Ulster. El terreno se adquirió originalmente en 1836. Sin embargo, la decisión de construirlo no se tomó hasta 1857. Los directores del banco, Robert Grimshaw y James Heron, visitaron Glasgow y Edimburgo para recopilar toda la información posible sobre los mejores edificios bancarios. Su deseo era que el edificio tuviera una apariencia elegante, sólida y próspera.
La ubicación se consideró idónea, ya que se encontraba en pleno centro comercial de Belfast. De hecho, el nombre de Waring Street se debe al próspero comerciante local William Waring.
Para la creación de la sede del Ulster Bank, los directores consideraron que la obra debía ser realizada por un arquitecto innovador. Se presentaron más de sesenta propuestas al comité del banco y se ofreció 100 libras al mejor diseño. Finalmente, se seleccionó el diseño de un talentoso esglaswegiano llamado James Hamilton. La obra fue realizada por Messer’s D y J Fulton, mientras que la espectacular yesería del vestíbulo principal del banco fue obra del belfasiano George Crowe.
Titanic
Es el barrio homenaje al pasado marinero de Belfast. En su centro se encuentra el Titanic Belfast, un imponente edificio diseñado para evocar el casco de un barco. En su interior, nueve galerías inmersivas trazan el auge y la caída del legendario transatlántico, profundizando en sus inicios, su desafortunado viaje y su perdurable legado, junto con una mirada más amplia a la historia de la construcción naval de la ciudad.
Decenas de detalles conmueven con su presencia, desde la forma del propio transatlántico cuando estaba anclado allí para su construcción, hasta el imponente hotel que conserva algunas piezas originales de aquellos tiempos.
El Ayuntamiento
Una obra maestra de la arquitectura neobarroca y testimonio del orgullo cívico de la ciudad. Las visitas guiadas gratuitas ofrecen un vistazo a su opulento interior, desde imponentes escaleras de mármol hasta impresionantes vidrieras y mosaicos intrincados, todo coronado por la icónica cúpula de cobre, tan representativa de la identidad de Belfast como las colinas que la rodean.
Deanes at Queen’s
Una impresionante incorporación contemporánea a la arquitectura tradicional de la zona universitaria de Belfast. Se trata de un elegante restaurante con vistas al Methodist College. Una cocina local, sencilla y abundante, preparada a la perfección, se complementa con la amplia selección de vinos y cervezas.
Deanes at Queen’s es un bar y asador con capacidad para 120 comensales que ofrece una experiencia gastronómica de estilo continental, sirviendo comida local, de temporada y sencilla, preparada a de manera impecable. Con su magnífica terraza, te invita a disfrutar de la envidiable ubicación arbolada con vistas al Jardín Botánico y el Museo del Ulster, en el vibrante Barrio Universitario de la ciudad.
Enclavado en el Queen’s Quarter, lejos del bullicio y en el ambiente más selecto de College Gardens, este restaurante es un santuario para quienes buscan espacio, un toque de elegancia moderna y, sobre todo, la mejor acústica de cualquier restaurante de la ciudad. Si a esto le sumamos un menú sencillo pero increíblemente bien ejecutado, entendés por qué no te lo podés perder.
Queen’s Quarter
Un enclave verde de calles arboladas y estilo independiente, hogar de la prestigiosa Queen’s University. Tomate un tiempo para pasear por los Jardines Botánicos y luego perdete en las eclécticas colecciones del Museo del Ulster, desde la antigua Irlanda hasta el arte moderno, todo gratuito para explorar. La adyacente Lisburn Road presenta un tramo de boutiques de ropa, bares de vinos y tiendas de delicatessen artesanales, perfecto para un bocado tranquilo.
The Harrison Chambers of Distinction
Se compone de una serie de residencias comerciales victorianas restauradas y emblemáticas que datan de 1879. Diseñadas para atender al viajero con curiosidad cultural a pasos del campus de la Universidad de Queens, cerca del Teatro Lírico, el Cine de Queens, la Grand Opera House, el Centro de Artes Crescent y justo enfrente del Jardín Botánico y el Museo del Ulster. Descubrí todo sobre la primera familia que vivió aquí y sus fascinantes vidas. Los interesados en el patrimonio y la cultura disfrutarán aprendiendo sobre la historia de Belfast a través de las historias de las personas que la forjaron. Cada sala temática narra la historia de una de ellas.
La propietaria, Melanie Harrison, ha combinado con maestría el pasado y el presente en una celebración única de una ciudad sin igual. Cada una de las habitaciones combina piezas coleccionadas por Melanie a lo largo de los años con las mejores instalaciones que el viajero del siglo XXI exige y espera. Bañeras en las habitaciones, camas con dosel, duchas de efecto lluvia y bandejas de desayuno a la cama son algunas de las comodidades que vas a adorar.
Enormes ventanales, muebles antiguos y suntuosas cortinas de terciopelo combinan elegancia con un toque de picardía y humor irónico. Curiosidades y sorpresas excéntricas te esperan: cada dormitorio tiene su propia historia y personalidad.