Paul McCartney deslumbró en River: Un viaje por la nostalgia beatle y la magia intacta de una leyenda

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By Pablo Tortosa

El espectáculo de Paul McCartney en River fue mucho más que un simple concierto. Fue un viaje emocional a través de más de seis décadas de música, guiado por uno de los artistas más grandes de todos los tiempos.

En una noche memorable en el Estadio Monumental de Buenos Aires, Paul McCartney reafirmó por qué su legado musical sigue vigente. Con 82 años, el ex Beatle ofreció un espectáculo de más de dos horas y media, interpretando 33 canciones que recorrieron su vasta trayectoria, desde los grandes éxitos de los Beatles hasta sus composiciones más recientes.

La audiencia, transportada por la energía de cada tema, fue testigo de un artista que no ha perdido un ápice de su magia y que parece estar empeñado en seguir haciendo historia.

Desde el momento en que el riff de “Helter Skelter” irrumpió en el aire, la conexión entre McCartney y su público fue absoluta. Las luces se apagaron a las 21 en punto, luego de que las pantallas gigantes comenzaran a proyectar una línea de tiempo de la carrera de Paul, desde sus días como un Quarryman hasta su consagración mundial con los Beatles. Un viaje visual y sonoro que entrelazó hitos musicales y momentos personales del artista, desatando emociones en cada espectador y que sirvió de preambulo de lo que se venía.

El show se estructuró en torno a un repertorio cuidadosamente seleccionado. Desde los acordes iniciales de “Can’t Buy Me Love” hasta clásicos de Wings como “Junior’s Farm”, la variedad de estilos y épocas permitió a los fans disfrutar de cada etapa de su carrera. Acompañado por su banda de músicos de confianza, con quienes comparte escenario desde hace décadas, Paul mantuvo la calidad de su voz y sus habilidades instrumentales en su mejor forma.

La nostalgia como vehículo: Paul McCartney lo hizo de nuevo

El despliegue visual del espectáculo no se quedó atrás: dos inmensas pantallas y un impresionante set de luces que se movían al compás de las melodías complementaron cada tema. La producción reflejó la modernidad de los tiempos, pero también evocó la esencia clásica que define a McCartney. Temas como “Drive My Car” y “Live and Let Die” fueron acompañados por un juego de luces y fuegos artificiales que llevaron la experiencia a un nuevo nivel, logrando que cada canción se sintiera única e irrepetible.

Durante el recital, McCartney no dejó pasar la oportunidad de agradecer a su público argentino, expresándose en un esforzado español que arrancó sonrisas y ovaciones. “Estoy muy feliz de volver a verlos”, dijo con una sonrisa amplia, generando la inmediata respuesta de un estadio colmado que le devolvió el afecto con aplausos y cánticos. El británico supo equilibrar su rol de intérprete y animador, compartiendo anécdotas, equivocándose sin temor y mostrando su carisma inigualable.

El público argentina renovó su amor por el ex Beatle. Créditos: DF Entertainment

El momento más emotivo de la noche llegó cuando, con la acústica en mano, interpretó “Blackbird”, elevándose unos metros sobre el escenario como si se perdiera en el cielo estrellado que lo rodeaba. Luego, dedicó un sentido homenaje a su compañero John Lennon con “Here Today”, una canción que escribió en su memoria. Pero la verdadera sorpresa fue la interpretación de “Now and Then”, la inédita grabación de los Beatles recientemente lanzada, que desató un suspiro colectivo entre los fanáticos.

“Son el mejor público del planeta”: el ex Beatle y su amor por Argentina

La noche continuó con una avalancha de éxitos como “Love Me Do” y “Hey Jude”, este último acompañado por un mar de corazones celestes y blancos levantados por la audiencia, en una imagen que quedará grabada en la memoria de todos los presentes. El regreso de Paul al escenario tras un breve receso fue igual de icónico: ondeando la bandera argentina y la del orgullo LGBTIQ+, con la energía renovada para seguir entregando más música.

El final se acercó con una emotiva versión de “Golden Slumbers” y “Carry That Weight”, para cerrar con “The End” bajo una lluvia de papeles celestes y blancos que marcó el cierre perfecto para una noche única. “Son el mejor público del planeta”, se despidió McCartney, dejando claro que su conexión con Argentina sigue más viva que nunca.

El espectáculo de Paul McCartney en River fue mucho más que un simple concierto. Fue un viaje emocional a través de más de seis décadas de música, guiado por uno de los artistas más grandes de todos los tiempos. Un espectáculo que dejó a todos los presentes con la sensación de haber sido parte de un momento histórico, una vez más.