El país del norte sigue siendo un imán para quienes buscan emigrar y tener prosperidad económica, estabilidad y desarrollo personal y profesional. La VISA O-1, o más conocida como “de talentos especiales”, es una de las poco conocidas y de las más sencillas de aplicar. Quiénes pueden hacerlo y cómo deben solicitarla, lo cuenta Michelle Abeckjerr, abogada experta en el área.
La mayor parte de los latinoamericanos sabe que para entrar a Estados Unidos necesitará una VISA, ya sea para pasear, trabajar, vivir o invertir. Una de las VISAS es la llamada “de talento”, y es aquella en la cual el solicitante puede “demostrar” que justamente posee alguna cualidad especial en su área, lo cual lo habilitaría a poder residir y trabajar legalmente en el país del norte.
El proceso para aplicar a una visa de talento en los Estados Unidos, como la visa O-1, está diseñado para personas con habilidades extraordinarias en áreas como la ciencia, el arte, la educación, los negocios o los deportes. Esta visa no solo permite vivir y trabajar en Estados Unidos, sino que también abre las puertas para quienes aspiran a establecerse de manera más permanente a través de opciones como la visa EB-1, que es un paso hacia la residencia permanente.
Michelle Abeckjerr es abogada, hija de inmigrantes, casada con un argentino y especializada en temas de inmigración con latinos que desean hacer su experiencia y probar de concretar “el sueño americano”. Desde su estudio, Abeckjerr Immigration Law, da claves sobre el proceso completo de aplicación para esta VISA, los criterios clave que evalúa el gobierno estadounidense, y cómo se estructura la estrategia para que los solicitantes demuestren su talento y reconocimiento en su campo.
1. Evaluación del Perfil del Solicitante: el primer paso esencial para solicitar una visa de talento es el análisis del perfil del solicitante. No importa cuál sea su área de expertise; lo importante es demostrar que tienen un reconocimiento destacado dentro de su industria. Clientes que han aplicado incluyen desde músicos, artistas, bailarines, emprendedores, maquilladoras, peluqueros, tatuadores, artistas plásticos, chefs, pasteleros, mixólogos, programadores, personas en marketing y hasta dueños de restaurantes. Cada solicitante debe tener un perfil bien definido, que refleje tanto su experiencia como sus logros relevantes en su campo. La idea es que el gobierno de los Estados Unidos esté convencido de que esta persona es un referente dentro de su industria, lo cual es un criterio clave para la aprobación de la visa. Por ejemplo, si se trata de un músico, el perfil debe incluir premios, críticas en medios especializados, grabaciones destacadas, y su participación en conciertos de alto nivel. Si es un experto en marketing, el enfoque estaría en los reconocimientos que haya recibido, proyectos innovadores en los que haya trabajado, y testimonios de clientes y expertos.
2. La Documentación: es clave para el éxito, porque una vez que se ha analizado el perfil del solicitante, el siguiente paso es armar una estrategia de documentación que demuestre claramente el talento y reconocimiento de la persona, lo cual puede incluir premios y reconocimientos en su área (en el caso de artistas, es clave por ejemplo, galardones como Martín Fierro, premios Gardel y otros reconocimientos). También serán muy tomadas en cuenta las Cartas de Recomendación, que deberán estar escritas por expertos o figuras destacadas en el campo del solicitante, quienes puedan testificar sobre su relevancia y contribución a la industria. En algunos casos, pueden incluirse cartas de clientes importantes. Y por último, son fundamentales las publicaciones y apariciones de notas y menciones en medios de prensa o académicos, ya que la persona deberá ser reconocida por colegas o público en general.
Proyectos relevantes y experiencia profesional: aunque parezca evidente, el solicitante tiene que haber hecho cosas relevantes en su área, ya que de lo contrario sería curioso pensar que tiene algún “talento especial”. Aquí deberá acompañarse la documentación que pruebe esa relevancia, sea brochures, portafolios, grabaciones, participación en proyectos importantes, o cualquier otro tipo de evidencia que respalde su trayectoria. El objetivo final es intentar convencer al oficial de inmigración que el solicitante tiene un conocimiento y talento excepcional en su rubro, y que sería interesante que pudiera trabajar allí.