Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello
Una gastronomía festiva con la vista más hermosa del lago Lemán en Anières. Le Floris se trata, ante todo, de vivir juntos. La familia Roques, el Chef Valentin Poirier y su brigada, así como todo el equipo de sala, ofrecen durante todo el año una cocina gourmet y un servicio personalizado.
Es la pasión por la profesión lo que impulsa a sus gente a compartir emociones con el visitante en un momento único. Son fervientes defensores de la calidad y la alimentación local. Favorecen a los productores locales y se esfuerzan en respetar el valor de cada producto y su estacionalidad. Su cocina es armoniosa y sabrosa, pero sobre todo, tremendamente aventurera.
Todo el equipo invita a vivir una experiencia única frente a sus impresionantes vistas al lago Lemán y su jardín de 2.000 m2 que rodea la propiedad, Le Floris ofrece un entorno único a las puertas de Ginebra. Completamente renovado y decididamente moderno, está disponible en varios alternativas que ofrecen conceptos diferentes y ambientes variados, desde la mañana hasta la noche. Ya sea para un almuerzo de negocios, una cena romántica o festiva, un brunch.
Valentin Poirier sorprende con sus propuestas gastronómicas que compiten de igual a igual con el paisaje que te deslumbra por la ventana. Le Floris es una experiencia repetible hasta el infinito, con las ganas de tomarte tiempo relajado en cada visita. “La profesión de hostelería de mis padres que eran carnicero-charcutier-catering fue lo que primero me conectó a la cocina -explica Poirier-. Desde muy joven trabajé en la carnicería con mi padre, quien me transmitió su pasión. Desde la compra hasta la venta, pude descubrir todas las etapas de su profesión, lo que muy rápidamente me dio el gusto por la cocina. Esta visión global me hizo comprender todo lo que la cocina puede aportar, ya sea al restaurador o al cliente”.
-¿Qué comías en casa cuando eras niño?
Platos reconfortantes de mi región, la Picardie. Platos típicos franceses: escalope de pollo con crema y champiñones, teurgoule (arroz con leche típico de Normandía con canela), hígado de ternera con salsa de chalotas…
-¿Qué ingredientes odiabas en ese momento?
Diferentes despojos como sesos, que mi padre solía desayunar.
-¿Cómo afectan las diferentes experiencias de vida a tu cocina?
A través de diferentes reuniones familiares por la región, descubrí distintos sabores que impulsaron mi curiosidad por descubrir gastronomía de todo el mundo. Así me encontré con las especias, los diferentes métodos de cocción y desarrollé una verdadera pasión en cada etapa de la cocina.
-¿Cómo nació Le Floris y cómo evolucionó hasta llegar a la oferta que ofrece hoy?
Le Floris, tal como lo conocemos hoy, nació en 1997 con un chef con estrella Michelin, el Sr. Claude Legras, que se convirtió en mi mentor durante 3 años, de 2019 a 2021. A su lado descubrí el rigor, la precisión y la delicadeza en particular para con un equipo de cocina y, más generalmente, en un restaurante. Tanto en el comedor como en la cocina el detalle es fundamental.
Posteriormente, la Familia Roques compró el Restaurante para darle una nueva vida. Por mi parte, una oportunidad como chef en Bora Bora consolidó mi experiencia, que ahora pongo al servicio de Floris. En Floris siempre me sentí como en casa, frase que refleja bien mi cocina actual.
-¿Cómo situaría la gastronomía suiza y, en particular, la suya?
De mi pasión por los productos locales, descubrí los secretos de los artículos suizos. Al hablar con criadores, horticultores, pescadores y vitivinicultores, intenté comprender lo mejor posible la pasión que los impulsaba. Por eso, trato de transcribirlo lo mejor posible en nuestros platos, añadiendo un toque original que aporta esta mágica sorpresa de sabor.
-¿Qué crees que les gusta a tus comensales?
Desde la llegada hasta la salida, cada detalle es importante para nuestro equipo. Desde la sonrisa en el comedor hasta la pasión en el plato, nuestros huéspedes buscan una experiencia. Evidentemente, esto se ve potenciado por una vista única del lago que hace de su estancia con nosotros un momento único y atemporal.
-¿Qué desafíos enfrentas todos los días?
El lema de nuestra vida diaria es la satisfacción del cliente. Para ello exigimos regularidad en todo lo que hacemos. El trabajo en equipo, la calidad de nuestros platos, el trabajo con la materia prima y un gran mimo a todo lo que elaboramos antes de transmitirlo a los comensales.
-¿Puedes identificar el estilo de cocina que se encuentra allí con 10 adjetivos?
Reconfortante, generosa, aventurera, cosmopolita, respetuosa, estacional, compartida, gourmet, original y refinada.
¿Podrías contarnos sobre 5 ingredientes o preparaciones que te gusten comer?
El primero sería el puré, por más sencillo que parezca. El puré puede ser crudo o muy procesado. Las especias y verduras elegidas pueden aportar originalidad a un plato y al mismo tiempo darle un toque reconfortante.
El cordero es una carne fuerte y refinada al mismo tiempo. Cada parte del cordero puede cambiar en textura y sabor, lo que hace de este plato un producto excepcional en mi opinión.
En tercer lugar, las especias. Provienen de todo el mundo y tienen el poder de hacer viajar los platos y hacer que cualquier persona aventurera descubra nuevos sabores.
Seguiría por el queso, de vaca, cabra u oveja, es un producto muy interesante ya sea crudo o elaborado, puede resultar sorprendente para determinadas combinaciones dulces o saladas.
Finalmente, el lenguado, este pescado es un recuerdo de la infancia de muchos fines de semana familiares en Normandía, en Courseulles-sur-Mer, a menudo cocinado a la meunière, un alimento básico de la gastronomía.
-¿Qué no debo dejar de probar en Le Floris?
Respetuoso con las estaciones, el terroir nos ofrece diferentes productos con los que tenemos la oportunidad de trabajar durante todo el año. Desde los imprescindibles filetes de perca, hasta el menú de caza de otoño, pasando por el brunch del domingo y, por supuesto, nuestros postres gourmet.