El Central Park tras la coordillera

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By Flavia Tomaello

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello

Como faro verde, para ubicarte sea donde sea que vayas, para inspirar tus ideas en una caminata, para encontrarte en familia un fin de semana, para rastrear todas las aves o para soprenderte con las experiencias naturales que propone, eso es el Parque Metropolitano, que la mayoría de los habitantes de la capital chilena llaman, amigablemente “el cerro San Cristóbal”.

El 28 de Septiembre de 1917 se publicó la ley que permitió la creación de este gran parque público, y hasta principios del siglo XX estos cerros,San Cristóbal, Chacarillas, Los Gemelos, Cerro la Pirámide, Cerro Polanco y el Cerro El Carbón, además de los sectores de Tupahue, Lo Saldés, Pirámide y Bosque Santiago, eran lugares rocosos, desprovistos de vegetación. Hoy, el Parque Metropolitano  es uno de los principales espacios de recreación, naturaleza, cultura y deporte de la capital transandina. 

Un servicio público que suma a la felicidad de los visitantes a través de propuestas urbanas de alto estándar, brindando un lugar para el esparcimiento, cultura, deporte y educación medioambiental, estableciendo puentes con la naturaleza así como la integración social en un entorno seguro.

Este pulmón verde, el más grande de Santiago con más de 700 hectáreas de extensión, es el cuarto parque urbano más grande del mundo y en segundo de Latinoamérica. En las extensas áreas verdes están en el centro de Santiago, abarcando las comunas de Huechuraba, Providencia, Recoleta y Vitacura. 

El cerro San Cristóbal comenzó a ser usado en 1903 con la instalación del Observatorio Astronómico Mills,​ llamado actualmente Manuel Foster, gemelo del Observatorio Astronómico Lick de la Universidad de California.3
El principal icono de dicho cerro es el Santuario de la Inmaculada Concepción del Cerro San Cristóbal que fue inaugurado el 26 de abril de 1908.

El Parque cuenta con dos piscinas al aire libre: La piscina Tupahue (del mapudungún: tupawe ‘lugar de tupas’) y piscina Antilén (del mapudungún: antilen ‘que hay sol’). Ambas operan de noviembre a marzo.
El teleférico es, probablemente, una de sus mayores atracciones junto al funicular.  El primero fue inaugurado en 1980 y lleva desde la base del cerro, en el Barrio Pedro de Valdivia Norte (Estación Oasis), hasta la cumbre (Estación Cumbre) en 20 minutos, pasando por la estación intermedia Tupahue. En esta se encuentra la piscina del mismo nombre, el Jardín Botánico Mapulemu (‘bosque de la tierra’ en mapudungún) y el restaurante Camino Real.
En la cumbre es posible apreciar la estatua de la Virgen Inmaculada Concepción y tomar el funicular, que corre entre el Barrio Bellavista y la cumbre del cerro San Cristóbal.
El funicular por su parte, que data de 1925, ha sido declarado Monumento Nacional. Es paseo obligado de turistas y santiaguinos el fin de semana. Cuenta con dos estaciones una para visitar el Zoológico y otro para alcanzar la cumbre. El edificio de la boletería y las terrazas fue diseñado por el arquitecto Luciano Kulczewski.
Partiendo desde el Barrio Bellavista y recorre casi 500 metros en un plano inclinado de 45 grados. Tiene dos carros, uno de los cuales fue utilizado 1987 por el papa Juan Pablo II para subir cuando se dirigía a celebrar una misa a los pies de la inmensa estatua de la Virgen Inmaculada Concepción que corona el cerro, como se consigna en una placa recordataria.
Pablo Neruda construyó en 1953 su tercera casa en Chile a los pies del Cerro San Cristóbal: La Chascona, hoy devenida en museo.

Sky ofrece 15 frecuencias semanales desde hacia Ezeiza y 7 desde y hacia Aeroparque. Adicionalmente, desde el interior Argentina vuelan con 9 frecuencias semanales a Santiago desde/hacia Mendoza y con 3 frecuencias semanales a Santiago desde/hacia Bariloche (única aerolínea cubriendo esta ruta). 

De una riqueza soberbia, es un espacio único para el visitante. Y un corolario perfecto para cualquier recorrido por Santiago. Un imperdible absoluto.

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