Por la Dra Mercedes Fiuza, médica tocoginecóloga de la Ciudad de Buenos Aires. Especializada en Ginecología, Obstetricia y Cirugía Endoscópica Ginecológica.
Directora y creadora de Casa Sora @casa_sora 

Durante años como mujeres hemos hecho consultas donde nuestro dolor fue minimizado o menospreciado.
El papel de cuidado que nos fue impuesto no nos permitió darnos el tiempo necesario para plantearnos por qué sufrimos una vez al mes.

Hoy se sabe que el dolor durante la menstruación no debe existir. Que es una condición que puede ocultar una enfermedad de base grave que afecte nuestra vida y nuestra fertilidad. Es por eso que es importante saber cuándo consultar.

El dolor menstrual que comienza unas horas antes de que comience la menstruación y alcanza un pico máximo a las 24 horas la llamamos dismenorrea.

Es común que las personas lo sientan como un dolor cólico, es decir que viene y se va. O, en algunas ocasiones, puede aparecer también como una molestia constante y continua que se extiende desde la parte inferior del abdomen y la espalda hasta las piernas.
Este tipo de dolores suelen aparecer durante la adolescencia y puede acompañarse de otros síntomas como náuseas, vómitos, diarrea, hipotensión.

En niñas que recién comienzan a menstruar es importante estar atentas a que en los sangrados no aparezcan este tipo de dolores, que no calman con analgésicos simples y que puedan acompañarse de coágulos.

La dismenorrea, o dolor menstrual, puede deberse a una hiperactividad contráctil del músculo uterino, que se produce de manera espasmódica; o puede estar asociada a otras causas como enfermedad inflamatoria de la pelvis, malformaciones congénitas, miomas uterinos, etc.

El umbral del dolor y la tolerancia al mismo varia entre personas. Es por esto que un dolor puede interrogarse en una escala para entender cuándo es tolerable o no.
La dismenorrea grave es aquella que no es tolerable. Que no calma con maniobras simples y puede deberse a patologías como la endometriosis, que afecta la calidad de vida de las consultantes.
Una patología crónica que si no es tratada a tiempo puede tener consecuencias irreversibles.

Aproximadamente un 10% de las personas que se acercan al consultorio por dolor menstrual dicen tener que suspender sus actividades diarias por este motivo.
Colegio, facultad, trabajo. La idea es no llegar a este punto.

Las primeras indicaciones son para aliviar el dolor: analgésicos y antiespasmódicos según el caso y siempre consultado con tu gine de cabecera.
Estos deben comenzarse antes que se inicie el sangrado o apenas iniciado.
Los anticonceptivos muchas veces son de utilidad gracias a la inhibición de la ovulación y la disminución del sangrado menstrual, lo que disminuye en gran medida los dolores menstruales.

Si sentís estos dolores, si no podés continuar con tu rutina, si el dolor te angustia, te frustra o te imposibilita no te aguantes! ¡Ningún dolor es normal! ¡Consulta con tu gine!

Dato: la alimentación es nuestro primer medicamento. Si realizamos dietas antiinflamatorias, ingerimos la cantidad de líquidos necesaria, evitamos alimentos ultraprocesados y complementamos con suplementos de vitaminas podemos mejorar el tratamiento tradicional complementándolo de la mejor manera.

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