por Dr. César Eisner, Dir. Méd. de Shockwave Argentina
Durante siglos, el diagnóstico etiológico de la Disfunción Eréctil ha sido subjetivo y a partir de la referencia verbal del paciente, quien acudía trastornado psicológica y emocionalmente a pedir ayuda a quien sea que le ofrezca alguna solución, sea profesional de la salud o no, dando lugar al vil aprovechamiento de tal condición, generalmente acompañada de una expresiva baja autoestima.
Tal situación llevó a ofrecer los métodos más inverosímiles y carentes de fundamento científico con la esperanza de generar un efecto placebo que resuelva al menos los casos de origen psicosomático, pero en general desacreditando todo intento médico o farmacológico de resolver el problema dada la ausencia sistemática de resultados comprobables, dejando en consecuencia un manto de duda y desconfianza sobre cualquier profesional que intentara dar alguna solución.
Afortunadamente, los avances de la medicina, tanto desde el punto de vista de la tecnología diagnóstica y terapéutica como desde el conocimiento en profundidad de las condiciones fisiopatológicas y de la biología molecular del mecanismo eréctil, están desmitificando el tema y dando a conocer con claridad, objetividad y resultados estadísticos y clínicamente comprobables tanto las causas de la Disfunción Eréctil como la comprobación fehaciente y mensurable de la respuesta terapéutica.
Desde el punto de vista diagnóstico, el mpUS (ultrasonido multiparamétrico), conformado por la ecografía bidimensional, el ecodoppler color y fundamentalmente por la elastografía de onda de corte (2D-SWE), nos permiten valorar de modo no invasivo y cuali-cuantitativo la condición de los vasos y tejidos de los cuerpos cavernosos y la túnica albugínea, responsables tanto del mecanismo de la erección como de su mantenimiento, la presencia de áreas de tensión o placas responsables de la retracción o la curvatura peneana y monitorear el resultado de los tratamientos con ondas de choque focalizadas de baja intensidad (LI-ESWT).
Y desde el punto de vista terapéutico, si bien cada paciente responde de modo individual, la aparición de los IPDE5 (sildenafilo, tadalafilo, etc.) manteniendo la erección, el LI-ESWT devolviendo la condición elástica a los tejidos peneanos o resolviendo las fugas venosas e incluso las prótesis peneanas, permiten hoy en día dar alternativas seguras y confiables que repercutirán favorablemente tanto en la respuesta eréctil como en la autoestima del paciente y la relación con su pareja.