Tanto en el área de genética médica como en genética del bienestar, las consultas disminuyeron en gran cantidad debido al cierre de los centros de salud, la limitación de las consultas médicas presenciales y al aislamiento en general por la priorización de lo urgente como lo es el COVID.
Así lo afirma el doctor en biología celular y molecular de la UBA y director científico de Zoigen, Edgardo Salvatierra.
«El cierre también llevó a una disminución del cuidado general de la salud en la población general al dejar de hacer ejercicios o los entrenamientos habituales»
Doctor en biología celular y molecular de la UBA y director científico de Zoigen, Edgardo Salvatierra
Según Salvatierra, «ambos fenómenos están agravados en las patologías genéticas, como enfermedades poco frecuentes y las oncológicas debido a su asociación a riesgo aumentado de padecer enfermedad grave de COVID».
«Estos comportamientos llevaron a que la salud en general de los argentinos se deteriorara durante la pandemia. Lo interesante es que al ir reabriendo las actividades se está notando un interés mayor consultas sobre controles habituales incluyendo consultas sobre marcadores genéticos y de bienestar debido a la desmejora producto del descuido o de la imposibilidad de mantener una conducta saludable», añadió.
«Posiblemente, la pandemia ha hecho que muchos comenzaran a tener en cuenta a la salud como un estado de bienestar más que la presencia de una enfermedad. Ya que muchas veces no podemos prever la aparición de una enfermedad pero sí la posibilidad de tener una mejor respuesta ante esta«, finalizó.