Cada 29 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, una fecha que expone una paradoja global: un tercio de la comida producida nunca se consume. En Argentina, esta problemática alcanza dimensiones críticas, con 16 millones de toneladas desperdiciadas anualmente, suficiente para alimentar a 24 millones de personas durante un año.

Frente a este escenario, el Banco de Alimentos Buenos Aires emerge como un actor clave. Hasta la fecha, ya ha recuperado más de 4.600 toneladas de alimentos en 2025. Su meta es llegar a las 7.000 toneladas para fin de año, un objetivo ambicioso que depende del compromiso de empresas y donantes.
Frutas y verduras: los productos más afectados
El sector hortofrutícola concentra el mayor porcentaje de pérdidas. El 45% de las frutas y verduras producidas se descartan, debido a fallas en la cadena de producción, cosecha, transporte o por exigencias estéticas del mercado. Como consecuencia, alimentos perfectamente aptos para el consumo terminan en la basura.
En respuesta, el Banco de Alimentos ya ha rescatado 724 toneladas de frutas y verduras frescas este año. Estos productos son redirigidos a más de 1.200 organizaciones sociales que ayudan a personas en situación de vulnerabilidad en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

El triple impacto de recuperar un plato de comida
“Recuperar alimentos es una acción que genera un triple impacto”, explica Fernando Uranga, director general del Banco de Alimentos Buenos Aires. Impacto económico, porque reduce costos de logística y almacenamiento para las empresas donantes. Impacto ambiental, ya que evita que toneladas de residuos generen gases de efecto invernadero. Y, fundamentalmente, impacto social, porque esos alimentos llegan a quienes más los necesitan.
Cada kilo rescatado significa un uso más eficiente de recursos como agua, suelo y energía. Además, convierte un pasivo ambiental en una oportunidad concreta de lucha contra el hambre.
Un llamado a la acción colectiva y consciente
La conmemoración de este día sirve como un recordatorio urgente. Por un lado, invita a repensar los hábitos de consumo en los hogares. Por otro, refuerza la necesidad de que más empresas se sumen a la donación como parte de su estrategia de responsabilidad social empresarial.
Bajo el lema “Menos Hambre, Más Futuro”, el Banco de Alimentos Buenos Aires opera desde 2001 como un puente solidario. Su centro de distribución en Benavídez, Tigre, es el corazón logístico de una misión que combina la urgencia social con la sostenibilidad ambiental.
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