El Dr. Miguel Ángel Pierri, apoderado durante muchos años de Antonio Gasalla, despidió al actor tras 25 años de relación de trabajo y confianza plena. “Antonio, el día que se fue de su casa comenzó a morir”, señaló acerca de lo que ocurrió en los últimos años de vida del artista.




A pocas horas del fallecimiento del gran actor Antonio Gasalla, el abogado Miguel Ángel Pierri, apoderado de Gasalla, rompió el silencio para esclarecer situaciones del entorno del artista que generaron malestar en el último tiempo.
En principio, Pierri denunció que el hubo una manipulación detrás de la figura de Antonio Gasalla, basada en intereses creados por personas del entorno que pretendían obtener ventaja a propósito de una supuesta debilidad de su salud cognitiva. Algo que Pierri, como apoderado de Gasalla, negó rotundamente.
Al mismo tiempo, el abogado resaltó que esa manipulación estaba orientada a desviar la verdadera voluntad del actor acerca del legado de sus bienes. “Antonio me había confiado a mí, y a su gran amigo Maxi, que el quería donar todos sus bienes y su ropa a la Casa del Teatro. El estaba muy ilusionado que, cuando dejara este plano, sus cuantiosos bienes, alhajas, recuerdos valiosísimos, muebles y propiedades fueran todos a la Casa del Teatro. El había asegurado a su familia, su herencia, con otros bienes. Y espero que se cumpla su voluntad”
“Antonio no estaba lo mal que decían desde su entorno: razonaba perfectamente. De hecho, quería vender una propiedad que tenía y que consideraba que le generaba muchos gastos de impuestos y expensas, lo cual demuestra lo ubicado en tiempo y espacio que se encontraba”
Pierri
Pierri y Gasalla: historia de trabajo y amistad
Pierri fue apoderado de Antonio Gasalla porque el actor confiaba en su abogado, al que le firmó un poder para que lo protegiera a él y a todos sus bienes. Fueron 25 años de relación de trabajo y respeto mutuo que conllevó en una confianza plena entre ambos.
Acerca de su vínculo con Gasalla, el abogado reflexionó sobre su excelente relación profesional y personal. “Si Antonio se olvidaba, quizás, de algunos nombres eso es algo que le ocurre a todas las personas, pero está demasiado lejos de lo que decía, de manera malintencionada, los que trataban de hacer ver como que no sabía quien era. Nada de eso, de hecho era una persona que vivía solo, hacía sus compras, ordenaba su casa. Perdido no estaba”.
“Una de mis grandes alegrías son las charlas que manteníamos junto a Vanina en su casa de Uriburu, que me habían llevado a ser tan confidente”, finalizó diciendo Pierri.