Llega un nuevo día del padre y es momento de homenajes, celebraciones y festejos, momentos de compartir, de crear recuerdos y atesorar miradas. El reconocido y afamado artesano de la moda masculina, Nicolás Zaffora – mentor de Zaffora Bespoke, comparte algunos consejos sencillos sobre cómo lucir en estos instantes especiales, para cuidar la propia imagen, pero también para agasajar al seleccionar prendas cuidadas, previamente escogidas, que demuestran atención y cuidado hacia el otro con el que habitamos.
A lo largo del año, las familias nos reunimos para conmemorar diferentes momentos personales o grupales. Cumpleaños, las fiestas de Fin de Año, vacaciones, nacimientos, celebraciones educativas, deportivas… la lista sigue en cada estilo de vida, pero lo que sí es cierto es que son momentos únicos en el año y que no se repiten. Este es el principal motivo por el cual deberíamos poner esmero y cuidado en seleccionar prendas y estilos adecuados para cada caso. ¿Qué me pongo? ¿Me visto igual que todos los días? ¿Es lo mismo sacar al perro a las 22 h o ir a la ferretería mientras hago mejoras en casa? O, por el contrario, ¿es la ocasión especial la que me da la posibilidad de lucir un poco mejor? Esta parece ser la respuesta y la estrategia correcta.
Desde una mirada social, vemos que las personas suelen tener el foco puesto en el confort y el placer. Claramente el pensamiento cultural se fue corriendo poco a poco y podemos ver cómo – en los últimos 100 años – del grupo y lo social hacia el individuo y haciendo un análisis más profundo, podemos ver cómo la mente del individuo se enfoca cada vez más en sí mismo. Al mismo tiempo, la realidad del entorno lo hace cada vez más dependiente de más personas, los grupos sociales se agrandan cada vez más, crecen las metrópolis.
En esta escisión de individuo y sociedad está el cómo nos vestimos, la vestimenta nos cubre y nos protege, nos da seguridad, nos muestra a nosotros y a los demás con determinadas características, identidades y estilos. Nos identifica, nos distingue y nos integra. La gran parte de nuestra vida la pasamos vestidos y debemos pensar nuestra imagen integral como nuestra tarjeta de presentación; lo que vestimos y, sobre todo, cuándo vestimos de forma particular, es lo importante.
En tal sentido, nuestras reuniones familiares son un evento social en donde somos parte y protagonistas de lo que somos, de lo que queremos ser y cómo esperamos que los demás nos consideren. Por eso, la gran prenda que se lleva todas las miradas son las camisas. Despliegan muchas versiones de formalidad y siempre están por encima de las camisetas de colores o estampadas y de las polos con cuellos.
Si tenemos por delante una cena en pareja, el hombre está bien con camisa blanca, una chaqueta descontracturada, se suma un jean y unos drivers de calzado o en la temporada de frío unas chuka o unas chelsea, también puede quedar bien las zapatillas justas, no cualquiera.
Para una reunión familiar en donde el centro es la comida un fin de semana – si no te toca hacer el asado – puede ser con camisas informales como son las de estampados, de jeans; si refresca un cárdigan de lana o cashmere con botones o cierre, jeans y calzado cómodo.
Para fiestas de festejo nacional o mundial podemos vestir un poco mejor y, sobre todo, si somos los anfitriones. Chaqueta azul, pantalón gris, camisa blanca, o traje azul marino y zapatos.
Es decir, hay muchas ocasiones para usar prendas más apropiadas que las camisetas y los jeans con zapatillas. Cuanto más ocasional y menos conocidos los participantes, más formal la ocasión.
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