Generación Z: ¿lejos del altar, pero más cerca de la no monogamia?

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Vivimos en un mundo hiperconectado donde las redes sociales y aplicaciones se volvieron engranajes esenciales para construir vínculos amorosos y sexuales. Muchas veces pareciera que todo lo que deseamos, está solo a un click de distancia. ¿Estamos ante la muerte del cortejo? ¿Los clásicos románticos quedaron obsoletos? Tomando como referencia a la Generación Z, podemos decir que la idea de encontrar esa “media naranja” para compartir la vida sigue vigente pero con algunas diferencias. 

“Según un estudio que realizamos en Ashley Madison entre los infieles de todas las edades, el 41% de los más jóvenes desean una relación monógama pero el 55% no quiere casarse. El matrimonio, como institución y contrato perpetuo, dejó de ser atractivo para esta generación que no siente presión por las expectativas sociales ni apuro para dar el: Sí, quiero”, dice Christoph Kraemer, director ejecutivo LATAM de Ashley Madison.

De hecho, el 61% de la Generación Z sigue soltera y si bien valora los beneficios de una relación monógama (estabilidad financiera, núcleo familiar, relación fuerte, entre otros) solo el 45% considera un extra el “envejecer con la pareja”. Para los Gen Z, el amor monógamo es una opción entre otras y no tienen ningún interés en el “hasta que la muerte los separe”.

¿Serán ellos, entonces, los primeros en ofrecer a su pareja otra alternativa, como una relación abierta? Si analizamos las ventajas y desventajas de tener más de una pareja amorosa, los puntos fuertes, según los usuarios de Ashley Madison, serían el poder vivir nuevas experiencias excitantes con otras personas y la reducción de presión sobre la pareja principal de satisfacer todas sus necesidades. 

Y también mejorarían los principales motivos de infidelidad que las generaciones más grandes de Ashley Madison –y más activas en la plataforma– marcaron sobre la monogamia: el aburrimiento de la pareja (63%) y la libertad reducida (61%).  

“Si bien el miedo a los celos y las comparaciones son variables comunes que pueden generar cierto desinterés hacia las relaciones abiertas -especialmente para la Generación Z-, el meollo podría saldarse con una comunicación clara y un acuerdo robusto, donde ambas partes estén verdaderamente convencidas”, amplía Kraemer.

Con este choque de perspectivas entre las generaciones más “expertas”, que firmaron inmediatamente ante el Juez de Paz; y los Gen Z, que defienden la libertad en todas sus instancias sin hacerse cargo de los mandatos sociales, ¿estamos ante quienes portan el secreto de una relación larga y duradera? Volveremos a ellos en unos 10 años para ver si cambiaron de opinión…tal vez entonces lo raro será calificar una relación como monógama.

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