Por la Dra. Johanna Furlan, cirujana estética (MN 122.975) @drajohannafurlangraf
La piel cambia con los años, y esos cambios requieren una atención específica para mantenerla saludable, hidratada y protegida.
¿Qué ocurre con la piel con el paso del tiempo?
Con el envejecimiento, la piel sufre modificaciones estructurales y funcionales influenciadas por factores internos (genética) y externos (exposición solar, contaminación y estilo de vida).
A los 60 años:
Pérdida de elasticidad y firmeza por la disminución de colágeno y elastina.
Sequedad por menor producción de lípidos naturales.
Aparición de manchas relacionadas con daño solar acumulado.
Reducción en la regeneración celular, lo que genera opacidad.
A los 70 años:
Piel más delgada y frágil, con riesgo de lesiones.
Arrugas profundas y pérdida notable de volumen facial.
Incremento de la sensibilidad debido al deterioro de barreras protectoras.
A los 80 años:
Máxima sequedad y dificultad para retener la hidratación.
Alteraciones en la pigmentación y textura irregular.
Cicatrización más lenta y tendencia a desgarros cutáneos.
Rutina de cuidado: aliado de la piel madura
Una rutina adecuada no solo mejora la apariencia, sino que también fortalece la salud de la piel.
Por la mañana:
Limpieza: Utiliza un limpiador suave con pH neutro o agua micelar.
Hidratación inicial: Aplica un suero con ácido hialurónico para retener la humedad.
Protección antioxidante: Usa productos con vitamina C o E para prevenir el daño oxidativo.
Protección solar: Elige un SPF 30 o superior, incluso en días nublados o en interiores con luz natural.
Por la noche:
Limpieza profunda: Retira maquillaje e impurezas con un limpiador cremoso o bifásico.
Tratamiento reparador: Aplica retinol en baja concentración (si la piel está acostumbrada) o péptidos y niacinamida para pieles más sensibles.
Hidratación intensiva: Usa una crema rica en ceramidas, manteca de karité.
Activos claves para una piel radiante
Ácido hialurónico: Hidratación profunda y mejora del volumen.
Vitamina C: Unifica el tono y protege contra radicales libres.
Niacinamida: Refuerza la barrera cutánea y reduce manchas.
Retinol: Estimula la renovación celular y suaviza arrugas.
Péptidos: Ayudan a regenerar colágeno y elastina.
Por qué cuidar la piel los 365 días del año
La constancia es esencial, ya que la piel está expuesta continuamente a agresores internos y externos.
Rayos UV: La principal causa del fotoenvejecimiento actúa incluso en invierno o días nublados.
Contaminación: Genera radicales libres que aceleran la pérdida de firmeza.
Renovación celular: Mantener la hidratación y limpieza adecuada potencia este proceso natural.
Prevención eficaz: Es más sencillo prevenir arrugas y manchas que tratarlas después de su aparición.
Mantén la hidratación bebiendo suficiente agua.
Usa humidificadores en climas secos o durante el invierno.
Evita jabones agresivos y exfoliantes que puedan dañar la barrera cutánea.
Consulta a un médico especialista si notas lesiones, manchas nuevas o irritaciones persistentes.