Tino Mossu cursaba el último año de la escuela secundaria cuando llegó la pandemia. La incertidumbre del encierro junto con su familia —un hogar de clase media baja, en Merlo—, fue la oportunidad perfecta para decidir su futuro.
Casi cinco años después, aquel adolescente se ha convertido en uno de los líderes en marketing digital. CEO de Factor Studios, fundador de la U del Closer, como se la conoce, en Medellín y Buenos Aires, y que cada vez cuenta con más alumnos.
Al año siguiente, concurrió al evento que ofreció en Buenos Aires Álvaro Reyes, titular de Renacer (organización sobre desarrollo personal), y allí conoció a quien actualmente es su socio en todos los emprendimientos, Teo Tinivelli. De él escuchó por primera vez la palabra “closer”. Tinivelli ya tenía su propio equipo de trabajo “y vio en mí una potencialidad para los negocios digitales que lo llevó a proponerme que me integrara, cuanto antes, a su empresa. En este caso conté con el fuerte apoyo de mi madre. Creo que, para cualquier joven que quiera lanzarse a la vida con espíritu triunfador, el soporte familiar es indispensable”.
“Fue así como me convertí en closer”, continúa Mossu, se trata de una actividad que en los Estados Unidos es ampliamente conocida, pero aquí no sólo es novedosa, sino que, en muchos casos, ni se sabe de qué se trata. Un closer, es un agente del mercado digital que se ocupa de “cerrar”, de concretar transacciones exitosas entre partes previamente dispuestas a ello, o con potencialidad para serlo. Esto es: encontrar al cliente indicado para la empresa indicada, ya sea una grande —y en su cartera hay varias—, o una pyme: es la capacidad de hallar a las dos partes que desean “cerrar” un negocio de forma satisfactoria, y que posiblemente ni se conozcan entre sí.
En definitiva, se trata de presentarlos para que la operación se realice, no existen forzamientos, no hay imposiciones agresivas ni acoso: es consumar un vínculo voluntario entre actores comerciales potencialmente interesados de forma recíproca.
La vida de Mossu dio un vuelco definitivo cuando Tinivelli, radicado en México con su empresa, lo convocó para que fuera a trabajar allí con él. “Me reuní con mis padres y les planteé lo que iba a hacer. Era un cambio profundo, todavía continuaba la pandemia, y los vuelos recién empezaban a autorizarse. La primera vez que fui a Ezeiza me tuve que volver porque el vuelo se había cancelado. Al día siguiente ya pude viajar”.
“En estas profesiones digitales y a distancia”, continúa Mossu, “la posibilidad de crecer depende mucho de las habilidades de comunicación que vaya adquiriendo la persona, aunque también, es esencial tener quien te apuntale y ayude a un mayor desarrollo para contar con todos los recursos disponibles.
Actualmente, su emprendimiento tiene 40 personas trabajando a su cargo, en su mayoría argentinos de todo el país, y algunos colombianos y mexicanos. Su popularidad en el negocio creció al punto de crear las universidades antes mencionadas. “Armé primero una escuela que ayudara a aprender lo que me tocó conocer a mí, y encontré la manera de que se expanda en la Argentina y el mundo. Nuestra universidad es un fenómeno digital que ayuda a personas de todas las edades a acceder a este conocimiento y luego, empresas locales e internacionales que precisan gente preparada. Ya contamos con 2200 egresados que se insertaron en el mundo laboral digital.”