Cómo los jóvenes construyen su identidad a través de la ropa

Photo of author

By Agencias

Por la Lic. Paula Martínez, psicóloga especializada en imagen personal
soypaulamartinezok.com
@soypaulamartinezok

En un mundo donde todo parece dirigirse hacia la personalización y la búsqueda de lo único, los jóvenes encuentran en la ropa una de sus principales formas de expresión. La forma de vestir traspasa el hecho de cubrirse o de seguir modas pasajeras, ya que se trata de un lenguaje silencioso que transmite quiénes son, a qué grupos pertenecen y qué lugar buscan ocupar en la sociedad.

Cada prenda que eligen es parte del proceso de construcción de identidad. Durante la adolescencia, esa búsqueda se vuelve especialmente visible, porque aparece la necesidad de sentirse parte de un grupo, pero también la urgencia de diferenciarse. Y en ese ir y venir, la ropa se convierte en un espejo de la personalidad en formación, un puente entre lo que se siente por dentro y lo que se quiere mostrar hacia afuera.

La relación con la ropa comienza desde la infancia, aunque en esa etapa las elecciones suelen estar marcadas por los adultos. En la adolescencia, es cuando empieza la verdadera exploración: el vestirse deja de ser un acto funcional para convertirse en un medio de expresión. La identidad todavía no está consolidada y, por eso, las decisiones al momento de elegir qué ponerse están profundamente influidas por los grupos de pertenencia. Vestirse parecido a los amigos, compartir marcas o estilos, genera seguridad, validación y una sensación de inclusión.

Con el paso del tiempo, aproximadamente hacia los 25 años, las personas empiezan a definir su propio estilo. Allí aparece una transición: ya no se busca únicamente pertenecer, sino también diferenciarse. Surge entonces la pregunta “¿quién soy y cómo quiero mostrarme al mundo?”, y en esa respuesta comienza a desarrollarse lo que llamo la identidad estética, que más tarde dará forma al estilo personal.

El ser humano es un ser social que se mueve permanentemente entre dos polos: la necesidad de pertenecer y la de diferenciarse. Este ida y vuelta en el que lidiamos permanentemente a veces sin ser conscientes, es el motor que impulsa la exploración estética en los jóvenes. Mientras la pertenencia otorga seguridad y confianza, la  diferenciación permite afirmar la individualidad. Cuando la identidad logra constituirse de manera sólida e integrada, el estilo se convierte en una expresión auténtica y coherente de la esencia de la persona.

Hoy, en un contexto social marcado por redes sociales e hiperexposición, este proceso se potencia. Las tendencias globales llegan en tiempo real y ejercen una presión que puede ser tanto inspiradora como limitante. Los jóvenes no solo se comparan con sus pares más cercanos, sino con referentes de todo el mundo. Aquí se vuelve clave el acompañamiento de los adultos: ayudar a que puedan tomar de las tendencias lo que resuene con ellos, sin perder lo genuino de su identidad en construcción.

Claves para acompañar la búsqueda de lo auténtico:

1. Escuchar antes que juzgar.

La ropa muchas veces habla de lo que no se puede expresar con palabras. Escuchar qué quieren transmitir con sus elecciones abre un espacio de confianza.

2. Validar la exploración.

La adolescencia es tiempo de prueba y error. Permitir que experimenten distintos estilos les da libertad para descubrir qué los representa.

3. Promover la coherencia entre el interior y exterior.

Más allá de la moda, lo importante es que lo que vistan tenga sentido con lo que son y con lo que sienten. Se trata de ayudarlos a conectar la ropa con su identidad, no solo con la moda.

4. Hablar de pertenencia y diferencia.

Explicar que es natural querer parecerse a un grupo, pero también que encontrar aquello que los diferencia y los hace sentir cómodos, fortalece su identidad.

5. Mostrar referentes diversos.

En un mundo dominado por redes sociales y estereotipos, ofrecer sobre diversos estilos y estéticas puede ampliar su mirada y reducir la presión de encajar en un solo molde.

6. Invitar a la reflexión.

Preguntarles cómo se sienten con lo que llevan puesto, si se reconocen en ese espejo. Esto, es un recurso simple para que aprendan a elegir desde adentro hacia afuera.

7. Reforzar la autoestima.

Recordarles que la ropa no define su valor, sino que es una herramienta de expresión. Una autoestima sólida es la base para que el estilo sea auténtico.

En un mundo que avanza hacia la personalización y la búsqueda de lo auténtico, la ropa en los jóvenes no es un detalle superficial, sino una herramienta de construcción de identidad. Acompañarlos en este proceso implica más que opinar sobre un look, se trata de brindarles confianza para que experimenten, validen sus elecciones y encuentren un estilo que refleje quiénes son en esencia.

Porque al final, la moda pasa, pero la identidad permanece. Y cuando esa identidad se sostiene en una buena autoestima, en la coherencia y 

la autenticidad, la ropa deja de ser un disfraz para convertirse en el reflejo genuino de lo que cada persona lleva dentro.


Discover more from LatamNoticias

Subscribe to get the latest posts sent to your email.

Discover more from LatamNoticias

Subscribe now to keep reading and get access to the full archive.

Continue reading