¿Puede un vino contar una historia? ¿Y doce varietales, narrar un año entero? La cocina en los vinos, el nuevo libro de Federico Yahbes junto a Silvina Tomé, propone justamente eso: un viaje sensorial a través de doce uvas que no sólo se beben, también se celebran.
Inspirados en la antigua tradición hispana de comer doce uvas al filo de la medianoche del 31 de diciembre —una costumbre nacida a comienzos del siglo XX en la región de Alicante para dar salida al excedente de cosecha—, los autores trazan una ruta que cruza aromas, recetas, maridajes y anécdotas de cada varietal. Malbec, cabernet franc, chardonnay y compañía, desfilan en estas páginas con sus virtudes, sus caprichos y sus encantos.
El libro no impone reglas. Todo lo contrario. Lo deja claro desde la portada: allí se ve al autor respondiendo con picardía a un mozo que sugiere un blanco para acompañar el pescado. “Yo bebo lo que a mí me gusta”, replica. Esa es, quizás, la consigna que sobrevuela toda la obra.
La cocina en los vinos no sólo habla de etiquetas y cepas. También invita a perderle el miedo a la cata, a cocinar sin solemnidades, a brindarle un poco de poesía al paladar. Doce varietales, doce oportunidades de celebrar.
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