El 26 de agosto fue un día cargado de expectativas para los fanáticos del britpop. Los rumores sobre el regreso de Oasis a los escenarios tomaban fuerza, y al día siguiente, se confirmó lo que muchos esperaban: Noel y Liam Gallagher, los hermanos que definieron una era musical, habían dejado atrás 15 años de peleas y estaban listos para reunirse nuevamente. Esta histórica noticia llegó justo 30 años después del lanzamiento de su álbum debut, Definitely Maybe.
La historia de Oasis
La historia de Oasis está marcada no solo por su éxito, sino también por las tensiones internas entre los hermanos Gallagher. Desde su formación en 1991 en Manchester, los conflictos entre Noel, guitarrista y compositor, y Liam, el vocalista, fueron una constante. Estos choques de personalidades a menudo perjudicaban el ambiente de trabajo y las grabaciones. Sin embargo, fue en agosto de 2009 cuando la situación llegó a un punto irreparable. Una pelea en París, antes de salir al escenario del festival Rock en Seine, terminó con Liam rompiendo una guitarra de Noel, lo que provocó la salida definitiva del guitarrista y la cancelación del resto del tour. Ese día, Oasis dejó de existir como banda.
Juego de roles y lucha de egos
Mantener a flote una banda de la magnitud de Oasis no es diferente a gestionar una empresa. Al igual que en cualquier organización, las personas ocupan roles fundamentales que definen su forma de interactuar. En Oasis, la dinámica de roles entre los hermanos era caótica, afectada por sus grandes egos y la falta de claridad sobre quiénes eran y en qué se estaban convirtiendo.
Catalina Payá, profesora de la EAE Business School, explica que los problemas de rol en una banda pueden generar desentendimientos, como sucedió con los Gallagher. “El rol que desempeña una persona en una empresa (o una banda) determina su comportamiento, y si las expectativas no están alineadas, surgen los conflictos”, afirma Payá. Este tipo de situaciones puede desencadenarse cuando las personas perciben que actúan según lo esperado, pero desde una perspectiva engañosa, alejadas de la realidad.
Payá también se refiere al impacto que puede tener un alto ego en cualquier proyecto. Los individuos con egos inflados tienden a creer que sus ideas son superiores, lo que puede socavar el trabajo en equipo y crear fricciones internas. Esto sucedió con Oasis, donde el ego de ambos hermanos no solo afectó la convivencia, sino que desgastó emocionalmente al resto del grupo.
Cómo mantener un proyecto a flote
A pesar de los desafíos que presentan los egos, es posible lograr que un proyecto tenga éxito. Payá destaca la importancia de tener claras las expectativas del rol de cada miembro y de poner límites a quienes poseen personalidades fuertes. “Si una persona con un ego alto puede aportar valor al equipo, hay que establecer límites claros y proporcionar feedback constante para evitar que su actitud defensiva se convierta en un obstáculo”, explica la docente.
Otro factor clave es asegurarse de que el desgaste generado por esa persona se vea compensado por sus resultados, ya sea en términos de aprendizaje o de aportes concretos al proyecto. En el caso de Oasis, está claro que el regreso no sería posible sin que ambas partes comprendieran que el éxito de su proyecto depende de objetivos claros y una comunicación efectiva.
Lecciones para los líderes
Para Catalina Payá, las lecciones que se pueden aprender de la historia de Oasis son aplicables a cualquier proyecto o empresa. Las características mínimas que debe tener un equipo exitoso incluyen la capacidad de trabajar en equipo, una combinación equilibrada de iniciativa y capacidad de escucha, y un liderazgo humilde que sepa gestionar las diferencias y mantener una comunicación abierta con todos los miembros.
Finalmente, Payá sugiere que el regreso de Oasis responde, en parte, a una cuestión económica. “Esto demuestra que cuando todos tienen claro el objetivo, es más fácil dejar de lado las discrepancias personales y enfocarse en el éxito colectivo”, concluye.
Qué es la EAE Business School
EAE Business School es una escuela de negocios internacional que aborda los retos del siglo XXI con una visión innovadora. Con más de 80,000 alumnos de 100 nacionalidades diferentes, la escuela colabora con prestigiosas instituciones como Babson College y la London School of Economics, y ha gestionado más de 2,000 ofertas de empleo este año. EAE forma parte de Planeta Formación y Universidades, la red educativa internacional de Grupo Planeta.