Colorimetría en la arquitectura porteña: qué paletas eligen los argentinos de la Ciudad

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By Agencias

Por Gabriel Joga, arquitecto de Grupo 8.66

La arquitectura porteña, con su rica historia y diversidad estilística, es un reflejo vibrante de las tendencias y preferencias que evolucionan en Buenos Aires. Hemos observado cómo la elección de paletas de color juega un papel fundamental en la manera en que los habitantes de la ciudad personalizan y definen sus espacios. La colorimetría en la arquitectura porteña no solo habla de estética, sino también de identidad, cultura y adaptabilidad al entorno urbano.

En los últimos años, se ha observado una inclinación hacia paletas de tonos neutros y naturales. Colores como el blanco, beige y gris suave se utilizan ampliamente en fachadas y espacios interiores, aportando una sensación de amplitud, luminosidad y modernidad. Estos tonos, además de ser atemporales, permiten resaltar detalles arquitectónicos y combinar fácilmente con elementos decorativos más audaces.

Otra tendencia notable es el uso de colores tierra y cálidos, como terracotas, ocres y marrones, que evocan una conexión con la naturaleza. Estos colores se eligen no solo por su capacidad de transmitir calidez y confort, sino también porque se integran de manera armoniosa en el paisaje urbano porteño, donde la combinación de arquitectura histórica y moderna es una constante. Estos tonos suelen ser aplicados en proyectos residenciales que buscan un ambiente acogedor y contemporáneo.

Por otro lado, en zonas más dinámicas y modernas de la ciudad, los colores oscuros y sofisticados como el gris grafito, azul petróleo y negro están ganando popularidad. Estas paletas se asocian con un estilo más industrial y minimalista, ideal para edificios de oficinas, espacios comerciales y residencias de lujo. Además, estos colores aportan un contraste llamativo con las áreas verdes y las calles arboladas de Buenos Aires, generando un efecto visual impactante.

La colorimetría en la arquitectura porteña refleja un equilibrio entre lo moderno y lo tradicional, con una preferencia por paletas que van desde los neutros y naturales hasta los tonos más oscuros y sofisticados. Los argentinos de la ciudad eligen colores que no solo embellecen sus espacios, sino que también expresan su identidad y se adaptan a la vida urbana de Buenos Aires.