por René Boiero, Conferencista Internacional, Instructor de Meditación, Abogado y Escritor @reneboiero
Vivimos en tiempos vertiginosos, donde la velocidad de los cambios y la intensidad de nuestras experiencias nos sumergen en una vida que parece oscilante, pendular. Esta realidad dinámica nos enfrenta con desafíos que no siempre estamos preparados para manejar. A menudo, nos encontramos en un estado de impermanencia que nos cuesta procesar y entender. En este contexto, la humanidad parece haberse perdido a sí misma, olvidando su esencia y su conexión con la naturaleza y con su propia existencia.
El calentamiento global y los fenómenos climáticos extremos, como los fríos inusitados que ahora experimentamos en Argentina, son claros indicativos de nuestra desconexión con el entorno. Estos eventos no son meras casualidades, sino el resultado de nuestras acciones colectivas e individuales. Hemos generado una realidad donde la inconsciencia predomina, y aunque hay iniciativas que intentan contrarrestar este daño –como la plantación de árboles y el retorno a prácticas más sostenibles– aún estamos lejos de un cambio significativo.
Es crucial que tomemos conciencia de nuestra responsabilidad en esta situación. La transformación comienza con cada uno de nosotros, reconociendo que somos parte de un todo y que nuestras acciones, por pequeñas que sean, tienen un impacto global. Volver a nuestro estado natural implica reconectarnos con nuestro ser interior, entender que necesitamos mucho menos de lo que creemos y que nuestra verdadera riqueza reside en la simplicidad y en la energía positiva.
Una de las mayores crisis que enfrentamos hoy es la falta de compromiso. Vivimos en una sociedad que valora la rapidez y la inmediatez, influenciada por las redes sociales y la cultura del consumo rápido. Esta falta de profundidad nos ha llevado a perder el sentido de compromiso, tanto con nosotros mismos como con los demás. Es esencial que volvamos a comprometernos desde lo más profundo de nuestro ser, entendiendo que el verdadero compromiso nace del amor y del auto-conocimiento.
El compromiso no debe ser tomado a la ligera. No se trata de una promesa vacía o de un mero cumplimiento de expectativas externas. Es un proceso interno que requiere de auto-reflexión, de mirarnos a nosotros mismos con honestidad y de actuar con responsabilidad. Sin este compromiso interno, cualquier promesa que hagamos hacia los demás será superficial y carente de sustancia.
Nuestra falta de compromiso se refleja en todos los aspectos de la sociedad. Las instituciones políticas, religiosas y judiciales han perdido la confianza del público porque no cumplen con lo que prometen. Esta desilusión generalizada ha erosionado nuestra fe en las estructuras que deberían sostenernos como sociedad. La falta de compromiso verdadero es una de las principales causas de esta crisis.
Para revertir esta situación, es necesario que cada uno de nosotros tome un compromiso real y profundo con su propia vida. Esto implica dedicar tiempo para la auto-reflexión, la meditación y el auto-conocimiento. Establecer metas claras y realistas, y trabajar diariamente para alcanzarlas desde un lugar de amor y respeto por uno mismo y por los demás.
Comprometernos con nosotros mismos significa también aceptar la impermanencia de la vida y valorar cada momento presente. Esta aceptación nos permite vivir con mayor plenitud y consciencia, apreciando la belleza y la fragilidad de nuestra existencia. Además, es fundamental que nos comprometamos con la naturaleza, reconociendo que somos parte de un ecosistema que debemos cuidar y proteger.
La práctica del amor y del compromiso con la vida nos lleva a una transformación profunda. Este proceso no es fácil ni rápido, pero es esencial para nuestra evolución como individuos y como sociedad. Necesitamos aprender a mirarnos, a valorarnos y a comprometernos desde lo más profundo de nuestro ser. Sólo así podremos construir un futuro más consciente y sostenible.
En definitiva, el compromiso es una acción que nace desde el amor y la responsabilidad. Es el fundamento de una vida plena y consciente. Al comprometernos con nosotros mismos y con nuestro entorno, contribuimos a la creación de un mundo mejor, más justo y equilibrado. Este es el verdadero desafío que enfrentamos hoy, y es una oportunidad que no podemos dejar pasar.
René Boiero, es Conferencista Internacional, Instructor de Meditación, Abogado, Escritor, y como terapeuta del alma acompaña a individuos en un viaje de autoconocimiento y sanación, guiándolos hacia una vida consciente y plena. Como fundador de Fundación Almas, lidera una organización sin fines de lucro dedicada a promover el acceso a la educación, la salud y la alimentación en comunidades vulnerables.
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