Cacharel vuelve a Argentina luego de 5 años

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By Juan Manuel Garrido

La emblemática marca francesa Cacharel volvió a comercializar sus insumos de blanquería tras años de ausencia en el mercado. La fabricación de sus productos será nacional, en la planta de Alav S.R.L. en General Pico, La Pampa, y tendrá una distribución de alcance a nivel nacional.

Cacharel vuelve al país de la mano de Alberto Levy Mayo, un histórico en la industria de la blanquería, y Uriel Sadrinas, dueño de Alav S.R.L. Esta unión no sólo concluyó en la revitalización de la marca, sino que también viene acompañada de un gran plan de posicionamiento. “Siempre apostamos por nuestro país y queremos penetrar en el mercado nuevamente con Cacharel”, expresó Sadrinas.

Tiendas físicas y ampliación de productos

La vuelta del gigante francés al mercado de blanquería supone un gran movimiento dentro de la industria. Ante esto, Levy Mayo explicó: “Desde marzo, que lanzamos a la venta el primer producto Cacharel, salimos con muchísima agresividad al mercado. Decidimos poner un precio accesible y nos llevamos una grata sorpresa por la aceptación que tuvimos con nuestros clientes”.

Cabe destacar que gran parte de este éxito se debe en gran parte a la calidad de producción. La fábrica de Alav en General Pico trabaja con máquinas europeas que tienen un salto de calidad con respecto a las importadas de China. “Nuestra maquinaria es superior a las que usa la competencia. Decidimos invertir muy fuerte en este proyecto y creemos que con nuestro equipo, que es el mismo que usa Ikea, por ejemplo, logramos un producto superior”, reveló Sadrinas.

La planta, ubicada en General Pico, se extiende sobre un área de 12.000 metros cuadrados y está equipada con tecnología de última generación. Desde este punto estratégico, Cacharel comenzó la producción de su reconocida línea de blanquería, que incluye sábanas, edredones y acolchados, distribuyendo las nuevas colecciones a través de cientos de puntos de venta en todo el país.

Alav, con más de 90 años de trayectoria en la fabricación de blanquería en el país, sigue el legado de su fundador, José Sadrinas, bajo la dirección de Uriel Sadrinas. La apertura de esta planta no solo revitaliza la marca Cacharel en el mercado argentino, sino que también contribuye al desarrollo económico local y al fortalecimiento de la industria textil en la región.